domingo, 23 de octubre de 2011

Vocabulario.

Mi tío Andrés vivía en un lugar remoto. Decidí hacerle una visita porque ya sentía bastante anhelo por verle, había pasado mucho tiempo desde la última vez que le vi.
Cuándo llegué me saludó con una gran sonrisa y me dió un fuerte abrazo. Me dí cuenta de que no tenía nada que ver ahora a cuándo era joven, pues tenía un gran hirsuto en la cabeza. Me invitó a pasar a su vestíbulo, era amplio y estaba muy adornado. Andrés tenía una antología muy amplia y tambien una colección de distintos tipos de ámbar muy caros. Era un hombre muy raro.
Decidí preguntar por Blanca, su mujer:
- Oye tío, ¿y su mujer?. Pregunté con curiosidad.
-Ejem.. Blanca y yo lo dejamos hace unos tres o cuatro años. - Me contestó con una cara un poco seria.
- ¿Y eso ?. Le dije con un gesto de sorpresa.
- Pues por que creó en nuestra relación una gran fascinación, mientras yo intentaba ser con ella una persona benefactora, además ella me trataba con mucha displicencia.
- Ah, pues siento mucho lo ocurrido tío pero, ¿usted la quería, no es así ?
- La quería y la quiero María.. Aunque ya poco se puede hacer por ello.
- Oh tío... Si me hubiese enterado antes de esto le podría haber ayudado.. Lo siento de verdad, que sepa que aquí me tiene, ¿de acuerdo ?
- No se preocupe por mi, ya poco me queda en esta preciosa vida.
- No diga eso tío.
- Bueno dejemos este tema, por favor.
-Vale, yo creo que me debería ir, ya esta oscureciendo.
- Si quieres le acompaño al aeropuerto, María.
-No hace falta, gracias.
- Bueno pues adiós.
-Adiós.
Nos despedimos con un beso que contenía bastante amor mutuo. Y yo despedí a mi tío sabiendo que no lo volvería a ver.

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